El uruguayo Alfredo Zitarrosa es hasta la fecha una de las figuras más destacadas de la música popular de su país y de América Latina: este 10 de marzo evocamos su música a 86 años de su nacimiento en Montevideo.
Recién nacido, su madre lo entregó a un joven matrimonio con quien vivió en diversos barrios de Montevideo entre 1944 y fines de 1947, y después se trasladó al pueblo de Santiago Vázquez, cerca de Trinidad, de donde era oriunda su madre adoptiva. Se dice que esta experiencia infantil lo marcó para siempre, dado que en su repertorio resalta la inclusión de ritmos y canciones de origen campesino
Zitarrosa regresó con su familia adoptiva a Montevideo, y en su adolescencia se fue a vivir con su madre biológica y el esposo de esta, Alfredo Nicolás Zitarrosa, quien le daría su apellido. Se inició en el mundo de la música en 1954 como locutor de radio, e incursionó como presentador y animador, libretista y hasta actor de teatro. Fue además escritor, poeta y periodista., destacando en esta última actividad en el semanario Marcha.
Debutó profesionalmente como cantor en 1964 en Perú, comenzando una carrera que nunca se interrumpiría. Zitarrosa refiere que no tenía ni un peso, pero muchos amigos, y que uno de ellos, César Durand, responsable de una agencia de publicidad, lo incluyó en un programa de televisión, y lo puso a cantar 2 temas por 50 dólares.
Realizó en Bolivia varios programas en Radio Altiplano de La Paz, y debutó en Montevideo en 1965, Desde el principio, se estableció como una de las grandes voces del canto popular latinoamericano, con raíces de izquierda y folclóricas, estilo contenido y varonil, y voz grave con acompañamiento de guitarras le dieron su sello característico.
Se incorporó al Frente Amplio de la izquierda uruguaya, lo que le valió el ostracismo y el exilio durante los años de la dictadura, al grado de que sus canciones estuvieron prohibidas en Uruguay desde 1971, y más tarde en Argentina y Chile, durante las dictaduras que gobernaron esos países. Vivió en Argentina, España y México desde febrero de 1976.
Levantada la prohibición de su música, como la de tantos en la Argentina luego de la Guerra de Malvinas, radicó nuevamente en Buenos Aires en 1983, y casi un año después volvió a su país, donde tuvo una histórica y masiva recepción el 31 de marzo de 1984, la que fue descrita por él mismo como “la experiencia más importante de mi vida”.
Falleció el 17 de enero de 1989, a causa de una peritonitis derivada de un infarto mesentérico. Entre las canciones que se convirtieron en grandes éxitos figuran Doña Soledad, Pa'l que se va, Crece desde el pie, Recordándote, Stéfanie, Adagio en mi país, Zamba por vos, El violín de Becho y el poema por milonga Guitarra negra.
Como poeta, Alfredo Zitarrosa fue galardonado por la Intendencia de Montevideo con el Premio Municipal de Poesía de 1959, por el libro Explicaciones, que nunca quiso publicar.
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