El portavoz del Kremlín, Dmitri Peskov, admitió que Rusia ha tenido serias bajas durante su ataque armado en Ucrania, el cual dio inicio desde el pasado 24 de febrero y que al parecer, no ha resultado tan rápido y efectivo como lo esperaba Moscú.
Entrevistado por la cadena Sky News, Peskov expresó que "tenemos pérdidas significativas de tropas y es una gran tragedia para nosotros"
Resaltó que la retirada de fuerzas rusas de las provincias ucranianas de Kiev y Chernígov fue un "acto de buena voluntad durante las negociaciones, solo para aliviar la tensión en estas regiones y para mostrar que Rusia está realmente lista para crear condiciones adecuadas para la continuación de las negociaciones".
Tocante al feroz ataque ruso en la ciudad portuaria de Mariúpol, el vocero de Vladimir Putin comentó que Moscú continuará los combates en la ciudad, y advirtió que "va a ser liberada de los batallones nacionalistas, y esperamos que esto tenga lugar más temprano que tarde".
Cuestionado sobre el bombardeo de un hospital de maternidad en Mariúpol, Peskov aseguró que "fue una falsificación", al tiempo que descartó la responsabilidad de Rusia en la masacre de civiles en Bucha, a las afueras de Kiev.
Los dirigentes del poderoso G7 difundieron un plan de 7 puntos que persigue incrementar la presión sobre Rusia para afectar sectores clave su rusa como represalia por la invasión armada del ejército de Vladimir Putin.
La declaración de las 7 potencias económicas occidentales apunta que las medidas entrarían en vigor de forma inmediata.
Entre las acciones de presión se encuentra la prohibición de nuevas inversiones en sectores clave de la economía rusa, incluido sector energético.
También contempla la ampliación de las prohibiciones de suministro de bienes y servicios esenciales para la seguridad, el Estado y la economía de Rusia, así como más restricciones a la importación de bienes cuya exportación genera ingresos a Rusia.
Las sanciones incluyen además el mantener la desconexión de bancos rusos del sistema financiero mundial, sanciones adicionales contra empresas estatales de Rusia para evitar que contribuyan a estabilizar la economía nacional, y nuevas sanciones personales contra las élites rusas y miembros de sus familias.
El G7 suma a las medidas de presión sanciones adicionales contra el sector de la defensa para debilitar la capacidad del Ejército ruso.
Finalmente, se pronuncia por acelerar los planes destinados a reducir la dependencia del sector energético ruso, incluyendo el rechazo progresivo de la importación de su carbón y petróleo
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