Viernes de rezo y celebración en Siria por fin de dictadura de Al Asad

Han pasado ya 5 días de que rebeldes sirios lograron derrocar al régimen de décadas de la familia Al Asas, y a propósito del día de la semana que es sagrado para los musulmanes, miles de personas se reunieron en diferentes puntos del país para celebrar el derrocamiento del Gobierno de Bachar al Asad.

Concentraciones multitudinarias se realizaron hoy en la capital Damasco y en otras poblaciones sirias de Hama, Latakia, Tartus Deraa y Al Sueida, entre otras, de acuerdo con imágenes retransmitidas por la Televisión Siria, controlada por los insurgentes.

Muchos de los participantes lanzaban consignas de victoria portando réplicas de la nueva bandera siria, que hasta el pasado domingo representaban a la oposición del país.

En Damasco, miles de fieles tomaron parte en el rezo musulmán de los viernes en la mezquita Omeya, una de las más antiguas de Oriente Medio, donde pronunció un sermón el nuevo primer ministro interino sirio, Mohamed al Bashir. Al término de la ceremonia religiosa, los alrededores de la mezquita fueron el sitio donde se efectuó una gran concentración para celebrar la “liberación” del país..

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó en un comunicado celebraciones en la ciudad de Alepo, la primera tomada por los rebeldes durante su ofensiva de 2 semanas que los llevó hasta la capital, y también en Deir al Zur, al tiempo que otra multitud salía a las calles de Idlib, ciudad capital del que durante los últimos años había sido considerado el último bastión opositor en Siria.

El líder insurgente, Ahmed al Charaa, llamó a la población a salir a las calles este viernes para mostrar su “alegría” por la “victoria” de la revolución iniciada en 2011 contra Al Asad, y reafirmó su promesa de “construir” de nuevo Siria.

Lejos de ahí, en Austria, el Gobierno de ese país ofreció una “prima de retorno” de mil euros a los sirios que quieran regresar a su país, y reiteró que fueron suspendidos los trámites de asilo de ciudadanos de Siria.

“El país necesita ahora a sus ciudadanos para poder reconstruirse”, escribió en su cuenta de X el canciller de Austria, el conservador Karl Nehammer