Este es sin lugar a dudas uno de los realmente grandes de la música ranchera mexicana, de esos que son grandes porque son populares y se vuelven leyendas. Es Gabriel Siria Levario mejor conocido como Javier Solís, que nació en la Ciudad de México, un día como hoy, 2 de septiembre, pero de 1931, hace ya 91 años, y que pasó a mejor vida el 19 de abril de 1966.
Enorme cantante y discreto actor, conocido también como el rey del bolero ranchero, Javier fue el primero de los 2 hijos del matrimonio de Francisco Siria Mora, de oficio panadero, y Juana Levario Plata, comerciante, Su padre abandonó a la familia y dejó a Gabriel en casa de sus tíos Valentín y Ángela, a quienes consideró sus verdaderos padres.
Solo estudio hasta quinto de primaria en escuelas de Tacubaya donde nació y comenzó a desarrollar sus inquietudes como cantante en festivales escolares, hasta que dejó la escuela para ayudar en los gastos del hogar y trabajar como recolector de huesos y vidrios además de cargador en un mercado hasta la muerte de su madre adoptiva en 1939
Tuvo otros empleos como fueron los de panadero, carnicero, cargador de canastas en el mercado y lavador de automóviles. Se interesó por el deporte y fue aficionado al boxeo, béisbol, futbol y lucha libre, hasta que recibió su primera oportunidad como cantante con Manuel Garay en el Teatro Salón Obrero. Javier continuó trabajando en carnicerías hasta que el dueño de una de ellas, David Lara Ríos, le ofreció pagar sus clases de canto.
Solís comenzó empezó a actuar en restaurantes con del Dúo Guadalajara y luego el Trío Flamingo. Para 1948 se inició como solista de música ranchera con mariachis en Garibaldi. No tenía sueldo fijo y los ingresos provenían de propinas.
En 1950 grabó sus primeras creaciones: Punto negro, Tomate esa copa , Virgen de barro y Te voy a dar mi corazón, producidas con el Trío Los Galantes en un pequeño estudio de grabación para artistas aficionados en la sala de cine Cinelandia Javier hizo estas grabaciones en discos de acetato para mostrarlas a sus amistades y las entregó en Discos Columbia, que lo contrató en enero de 1956.
A principios de 1955 fue contratado para cantar en el Bar Azteca, donde permaneció 4 años, y a sugerencia de Manuel Garay, cambió su nombre artístico por el de Javier Solís. Fue aprobado en una sesión para Discos Columbia, y se le contrató para grabar un primer sencillo con los temas Qué te importa y Por qué negar. Un hecho inesperado retrasó la salida de su primer álbum. El día del sepelio de Pedro Infante, Solís subió a una cripta del cementerio a entonar la ranchera Grito Prisionero, imitando la vocalización del ídolo sinaloense.
Recibió su primer Disco de Platino por las ventas de su primer sencillo en septiembre de 1957 y grabó su primer álbum “Javier Solís, Volumen “, logrando su consagración definitiva con el tema Llorarás Llorarás en 1959.
Su carrera fue meteórica, solo 10 años porque la muerte le llegó muy pronto, pero aún así, grabó 379 canciones y se convirtió en uno de los cantantes más famosos de la historia en México.
En 1966, Solís inició un nuevo proyecto grabando canciones de los puertorriqueños Rafael Hernández y Pedro Flores, pero por problemas de salud, sólo puso voz a 6 de las 8 pistas preparadas. El 12 de abril de ese año, fue hospitalizado para operarse de la vesícula biliar, y murió el 19 de abril por fallo cardíaco a consecuencia de desequilibrio electrolítico producido por la colecistectomía.
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