No es Vladímir Putin ni Benjamin Netanyahu, 2 dirigentes señalados como posibles criminales de guerra. Tienen poder, influencias y desprecian a la legislación internacional.
El expresidente filipino Rodrigo Duterte fue trasladado anoche por vía aérea a la ciudad neerlandeses de La Haya, luego de que fue detenido en Manila como resultado de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.
De acuerdo con su hija y actual vicepresidenta de Filipinas, Sara Duterte, se trató de una extradición "a la fuerza", y denunció que "esto no es justicia, esto es opresión y persecución".
En rueda de prensa el actual mandatario filipino, Ferdinand Marcos Jr. dijo que "el avión está en ruta hacia La Haya, lo que permitirá que el expresidente enfrente cargos por crímenes contra la humanidad en relación con su sangrienta guerra contra las drogas"
La Corte PenaI confirmó que había emitido una orden de arresto.
Fadi Abdullah, vocero de la corte, explicó los pasos a seguir en este caso, y señaló que "una vez que el sospechoso está bajo custodia de la CPI, se programa una audiencia de comparecencia inicial",
La cadena de televisión GMA informó que Duterte salió de Filipinas en un vuelo chárter desde la base aérea Villamor de Pasay City, en el área metropolitana de Manila, hacia las 23.00 hora local, acompañado de su exsecretario Salvador Medialdea, un enfermero y un asistente.
Para su hija Sara, el expresidente "debería haber sido trasladado a una corte local" para ser extraditado.
Según un comunicado de la oficina presidencial de Filipinas, Rodrigo Duterte, de 79 años, fue detenido el martes tras aterrizar en Manila procedente de Hong Kong, después de que la CPI emitiera una orden de arresto por crímenes de lesa humanidad remitida por Interpol a las autoridades del país asiático.
Este asunto derivado de la guerra contra las drogas que Duterte emprendió durante su mandato, da cuenta de unas 6 mil personas as muertas en operativos antidroga y por las ejecuciones extrajudiciales, la Policía, mientras ONG locales elevan la cifra a más de 30 mil decesos, la mayoría hombres pobres y sin pruebas de su vínculo con el narcotráfico.
La CPI inició una investigación por las ejecuciones extrajudiciales, aún cuando Duterte retiró a Filipinas del organismo en 2019 para evitar ser implicado, situación por la cual un abogado sostuvo ante el Tribunal Supremo de Filipinas alegando que Filipinas no tiene por qué acatar las órdenes de arresto de la CPI y que las notificaciones rojas de la Interpol no son vinculantes.
Duterte expresó ante miles de trabajadores filipinos en Hong Kong, su condena al proceso en su contra y calificó a los investigadores de la CPI como "hijos de puta", aunque dijo que "aceptaría" la detención, cosa que ya sucedió.
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