Como salta a la vista, en cualquier sitio veraniego la gente de tez clara es más susceptible a la luz del sol. Sin una protección adecuada, la piel blanca enrojece con facilidad y se despelleja, y en ocasiones se hincha, por lo que dicha tez es más propensa a adquirir cáncer en la piel, el cual se refiere al conjunto de enfermedades neoplásicas que tienen diagnóstico, tratamiento y pronóstico muy diferente según el caso.
Hay tres tipos principales de este mal: El primero es el carcinoma de células escamosas que suele ser más común entre los ancianos y generalmente se presenta como verrugas en el dorso de las manos, cabeza, cara, orejas, labios o cuello; este tipo de cáncer de la piel no suele causar dolor y responde bien al tratamiento si se detecta a tiempo.
El segundo tipo son los melanomas malignos, que se forman en lunares o zonas pigmentadas de la piel, en el cual el lunar cambia de tamaño o de color y puede sangrar o producir picazón. Un tratamiento de urgencia es vital porque este tipo de cáncer crece con rapidez y se propaga por todo el cuerpo, aunque no se han determinado las causas, los melanomas malignos son más frecuentes entre personas de tez clara que viven en climas cálidos.
Por último se encuentra el carcinoma de células basales o úlcera corrosiva, el cual es un tumor que crece con lentitud y aparece en cualquier parte del rostro, párpados, cuello, nariz y orejas. Se inicia como un barro semejante a una perla y crece hasta formar un nódulo brillante que se úlcera, y aunque no se extiende, el tratamiento oportuno brinda la oportunidad de curarlo al igual que otros tipos de cáncer. El primero y el tercero son los tipos de cáncer más comunes y ambos son provocados por la exposición crónica a la radiación ultravioleta, además de que son raros en personas de tez oscura, y entre las personas de raza blanca las más morenas son menos susceptibles que las de piel más clara.
La piel se broncea cuando absorbe los rayos ultravioleta, esto a causa del aumento en la actividad y número de melanocitos, que son las células que producen el pigmento llamado melanina. Ésta ayuda a bloquear los rayos UV dañinos hasta cierto punto, razón por la cual las personas con piel que es naturalmente más oscura tienen menor probabilidad de quemarse por el sol, mientras que las de piel más clara tienen una mayor probabilidad de hacerlo.
Los factores de riesgo varían según los diferentes tipos de cáncer, pero los más comunes incluyen a las personas que trabajan en la calle y están expuestas a los rayos del sol, las cuales deben protegerse de estos con capuchas, viseras, sombreros y crema solar. La industria cosmética también es un factor de riesgo por el uso de contaminantes como el plomo que se podría encontrar en algunos productos, por lo que hay diferentes alternativas para poder evitar cualquier irritación en la piel.
Esto tampoco significa que debamos evitar la luz del sol, de la que obtenemos un valioso suministro de vitamina D; sin embargo para evitar el cáncer de piel es necesario protegerse de la radiación ultravioleta excesiva, usando un filtro solar adecuado y evitando la exposición al sol con un sombrero; no es necesario hacer radiografías ni análisis de sangre, simplemente se requiere de tus ojos y un espejo ya que la mejor manera de asegurarse que se puede tratar con éxito consiste en encontrarlo temprano.
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