¿Te has preguntado alguna vez por qué la tierra es magnética?

El campo magnético terrestre o campo geomagnético es el campo magnético que se extiende desde el núcleo interno de la Tierra hasta el límite en el que se encuentra con el viento solar, la cual se conforma de una corriente de partículas energéticas que emana del Sol. Su magnitud en la superficie de la Tierra varía de 25 a 65 microteslas, equivalentes a entre 0.25 y 0.65 Fuerzas de Gravedad.

La intensidad del campo magnético fue medida por primera vez por Carl Friedrich Gauss en 1835 y ha sido analizada en numerosas ocasiones desde entonces; hoy, las unidades operadas por los distintos gobiernos especializados son los llamados observatorios geomagnéticos, que con frecuencia son parte de un departamento de investigación geológica nacional, dependiendo de cada país. Estos observatorios son capaces de medir y predecir las condiciones magnéticas que en forma de tormentas magnéticas alteran con frecuencia a las telecomunicaciones, la energía eléctrica y otras actividades humanas.

La polaridad del campo magnético de la Tierra se registra en las rocas sedimentarias, donde las inversiones se detectan como bandas centradas en las dorsales oceánicas en las que el lecho oceánico se expande, mientras la estabilidad de los polos geomagnéticos permite a los paleomagnetistas seguir la deriva de los continentes; las inversiones también constituyen la base de la magnetoestratigrafía, un método de datar rocas y sedimentos.

Se puede considerar en aproximación el campo creado por un dipolo magnético inclinado un ángulo de 10 grados con respecto al eje de rotación; sin embargo, al contrario que el campo de un imán, el campo de la Tierra cambia con el tiempo porque se genera por el movimiento de aleaciones de hierro fundido en el núcleo externo.

El polo norte magnético se desplaza pero de manera tan lenta como para que las brújulas sean útiles en la navegación; al cabo de ciertos periodos de duración aleatoria, con un promedio de duración de varios cientos de miles de años, el campo magnético de nuestro planeta se invierte, es decir, que los polos norte y sur geomagnéticos permutan su posición.

Aunque actualmente no exista acuerdo científico acerca de cómo se produce el campo magnético de la Tierra, la explicación más aceptada propone que el núcleo se comporta como un dinamo que se autoalimenta, convirtiendo la energía mecánica en energía magnética. A su vez, una forma común de medir su dirección es usando una brújula para determinar la dirección del norte magnético: apuntando hacia él, el ángulo que el campo mantiene con la horizontal es la inclinación, mientras la intensidad es proporcional a la fuerza que se ejerce sobre el imán.

La inclinación del campo de la Tierra es de 90º en el polo norte magnético y -90º en el sur, ambos se desplazan independientemente uno del otro y no están situados perfectamente enfrentados en puntos opuestos del globo. Su desplazamiento puede ser rápido, al grado de detectarse movimientos del norte por encima de los 40 km por año, pero en la actualidad el valor promedio del campo está disminuyendo entre un 10 y un 15 % del declive total en los últimos 150 años y se ha acelerado en tiempos recientes.