¿Te has preguntado alguna vez por qué el sonido no puede atravesar las paredes?

El sonido, en el ramo de física, es cualquier fenómeno que involucre la propagación en forma de ondas elásticas, sean audibles o no, generalmente a través de un fluido u otro medio elástico que esté generando el movimiento vibratorio de un cuerpo.

El sonido humanamente audible consiste en ondas sonoras que se producen cuando las oscilaciones de la presión del aire, son convertidas en ondas mecánicas en el oído humano y percibidas por el cerebro; la propagación del sonido es similar en los fluidos, donde el sonido toma la forma de fluctuaciones de presión. En los cuerpos sólidos la propagación del sonido involucra variaciones del estado tensional del medio.

La propagación del sonido incluye transporte de energía sin transporte de materia, en forma de ondas mecánicas que se propagan a través de un medio elástico sólido, líquido o gaseoso; entre los más comunes se encuentran el aire y el agua. No se propagan en el vacío, al contrario que las ondas electromagnéticas. Si las vibraciones se producen en la misma dirección en la que se propaga el sonido, se trata de una onda longitudinal y si las vibraciones son perpendiculares a la dirección de propagación es una onda transversal.

En la propagación del sonido se cumple también la reflexión de las ondas, definida como el fenómeno por el cual una onda se absorbe o regresa, sólo que aquí en lugar de verlas, las percibimos en tanto que la longitud de onda de la vibración reflejada sea inferior a la mayor de las dimensiones del objeto plano sobre el que se refleja.

Una onda se refleja, o rebota al medio del cual proviene, cuando se encuentra con un obstáculo que no puede traspasar ni rodear; asimismo, el tamaño del obstáculo y la longitud de onda determinan si ésta rodea el obstáculo o se refleja en la dirección de la que provenía.

Si el obstáculo es pequeño en relación con la longitud de onda, el sonido lo rodeará; en cambio, si sucede lo contrario, el sonido se refleja, de modo que si una onda sonora incide perpendicularmente sobre la superficie reflejante, vuelve sobre sí misma, como ocurre cuando el sonido se refleja sobre un obstáculo fijo, una pared por ejemplo, en la que el módulo de la velocidad se conserva.

La reflexión no actúa igual sobre las altas frecuencias que sobre las bajas porque la longitud de onda de las bajas frecuencias es muy grande, por lo que son capaces de rodear la mayoría de obstáculos; en cambio las altas frecuencias no rodean los obstáculos por lo que se producen sombras en su parte trasera y rebotes en la delantera.

En acústica, la propiedad de las ondas es conocida y aprovechada no sólo para aislar, sino para dirigir el sonido hacia un auditorio mediante placas reflectoras, en una práctica llamada acústica sonora porque cuando el sonido choca contra una pared las ondas sonoras se esparcen por el muro y por los raíles de la que lo forman, es decir, que cuando choca el sonido contra algo, todo lo demás lo escucha y las ondas se esparcen.