20 de agosto de 1882 es un día marcado por los amantes de la música clásica: fue ese día, hace ya 142 años, que se estrenó en la ciudad de Moscú la obertura 1812 ópus 49, una obertura romántica escrita por el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky.
La Obertura 1812 se interpreta como representación literal de la campaña napoleónica en Rusia, cuyo punto climático ocurrió el 7 de septiembre de 1812, cuando en la ciudad de Borodino las tropas francesas compuestas por medio millón de soldados y 1200 piezas de artillería se enfrentaron a las fuerzas del general Mijaíl Kutuzov con un saldo de 100 mil bajas y resultó en una victoria para Napoleón. Con sus recursos agotados sus fuerzas avanzaron a Moscú que se rindió sin presentar resistencia, y esperando la capitulación del zar Alejandro I los franceses se encontraron atrapados en una ciudad incendiada y sin líneas de abastecimiento.
Al no poder asentar sus cuarteles de invierno, Napoleón se vio obligado a abandonar Rusia pero entre octubre y diciembre su ejército se enfrentó a contratiempos como el hambre, las bajas temperaturas y el asedio de las fuerzas rusas. Abandonada por Napoleón en diciembre, la Grande Armée se redujo a la décima parte de su número original al momento de alcanzar Polonia.
Las notas de la composición expresan la inminencia del conflicto y la preparación para la batalla, en un cruce entre la desesperación y el entusiasmo, seguido por los sones de “La Marsellesa” representando el avance francés; cuando los dos ejércitos se encuentran en Borodino, el Zar apela al espíritu ruso llamando a su gente a seguir adelante y defender a la Patria; el himno galo vuelve a elevarse indicando el avance sobre Moscú al tiempo que los rusos abandonan sus casas y en el momento de la toma de la capital el himno religioso se escucha de nuevo representando la intervención divina, que trae el invierno para el que los franceses no estaban preparados. Las tropas invasoras comienzan su retirada pero sus cañones, atrapados en el terreno congelado, son capturados por los rusos que los usan para expulsarlos. En el final apoteósico los cañones son disparados en señal de triunfo, con el apoyo de las campanas de iglesia.
En 1880 estaba por concluir la construcción de la catedral de Cristo el Salvador, encargada por Alejandro II para conmemorar la victoria rusa y el 25 aniversario de su coronación; Nikolái Rubinstein, amigo y mentor de Tchaikovsky, le sugirió componer una obra conmemorativa para ambas festividades, trabajando en ella 6 semanas. La obra fue planeada para ser interpretada en la plaza frente a la catedral, incluida una banda de metales y salvas de artillería disparadas con un panel eléctrico; sin embargo era muy ambicioso y no pudo hacerse por el asesinato de Alejandro en marzo de 1881.
Fue hasta el 20 de agosto de 1882 cuando la Obertura se estrenó con una orquestación convencional a puertas cerradas durante la Exhibición de Arte e Industria, La seguridad y precisión que las salvas de artillería exigían, tropas bien entrenadas para disparar un cañón moderno, 16 cañones de carga frontal y el final con un repique de campanas, lograron que la Obertura fuera una de las obras más reconocidas de Tchaikovsky, quien paradójicamente consideró que su trabajo no tenía mérito artístico.
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