Millares de personas han desfilado este martes para ingresar al sitio en la Basílica de San Pedro donde son expuestos los restos mortales del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado sábado para presentar sus respetos por su servicio a la Iglesia católica.
El pontífice alemán murió a los 95 años, casi una década después de su renuncia al cargo argumentando problemas de salud que le impedían seguir al frente de la iglesia católica.
La capilla ardiente con el cuerpo de Joseph Ratzinger vio transitar el lunes a más de 60 mil fieles y dolientes, más o menos el doble de lo previsto por las fuerzas de seguridad italianas, y este martes se esperaba una cifra similar, en un velorio que continuará todavía el miércoles 4 de enero.
El papa Francisco encabezará el jueves 5 el funeral en la Plaza de San Pedro por su predecesor, primer pontífice que dejó el pontificado en 6 siglos. Las puertas de la Basílica abrieron sus puertas a los dolientes la mañana del martes
El funeral se caracterizará por la sencillez que había pedido Benedicto para sus exequias, y como no era jefe de Estado Vaticano a diferencia de los funerales de papas anteriores que murieron en el cargo, solo Italia y su Alemania enviarán delegaciones oficiales.
Líderes políticos y representantes de la realeza, de países de mayoría católica, asistirán a título personal, y en el caso de los cardenales que asistan al funeral, no tendrán que quedarse en Roma para participar en un cónclave secreto para elegir papa, porque el vicario de cristo está en funciones y es Francisco.
Mientras tanto, trascendió que las acciones legales contra el difunto papa emérito por supuesto encubrimiento de abusos sexuales cuando fungía como arzobispo de Múnich y Freising, entre 1977 y 1982, seguirán adelante, dijo a la agencia italiana, ANSA el vocero de la corte de Traunstein, en Baviera, Andrea Titz.
"Aunque la muerte de una parte básicamente resulta en una interrupción" del proceso, "en el presente caso, sin embargo, esto no se aplica porque el fallecido estaba representado por un representante legal", dijo Titz.
Respecto del origen del proceso, detalló que un hombre que dijo ser víctima de un sacerdote pedófilo probado mencionó a Benedicto XVI en una corte bajo su nombre secular, Joseph Ratzinger. El objetivo del juicio es determinar si quien luego llegó a ser papa, fue culpable del encubrimiento de los abusos sexuales, ya que el cura abusador fue trasladado a su diócesis para someterse a terapia.
También están apuntados el sacerdote condenado, la archidiócesis y el sucesor de Ratzinger como arzobispo de Múnich y Freising, el cardenal Friedrich Wetter.
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