Hace justo 40 años que el mundo vivió uno de los desastres tóxicos más letales de la historia, cuando las pésimas condiciones de una fábrica de pesticidas provocaron una tragedia en la región de Bhopal, en la India, donde perdieron la vida miles de personas
En la década de los años 60, el gobierno indio tenía intención de aumentar el rendimiento de la producción agrícola, y los plaguicidas eran parte esencial, por lo que establecer una fábrica ofrecía abastecer la demanda y contribuir al desarrollo tecnológico y económico, por lo que la compañía estadounidense Union Carbide entró al mercado indio en 1967 al construir una fábrica en el pueblo de Bhopal, capital del Estado de Madhya Pradesh, para crear el concentrado de un polvo llamado SEVIN, que se importaba de Estados Unidos.
El 3 de diciembre de 1984, cerca de medianoche, más de un millón de personas disfrutaban la noche fuera de su hogar mientras la fábrica de Bhopal estaba parada y unos obreros realizaban tareas de limpieza con agua a presión en el interior de unas canalizaciones de trasiego mientras que fuera de ellas dormían miles de personas en chabolas, organizadas en populosos barrios muy próximos.
Entonces, la falta de precaución en las tareas de mantenimiento de la planta, el agua a presión combinada con cloruro sódico, restos metálicos y otros desechos que la corriente arrastraba, entraron en contacto con el gas almacenado e iniciaron una reacción que provocó la apertura de las válvulas de seguridad de los tanques y la liberación a la atmósfera de 40 mil kilogramos de gas tóxico; el sistema de refrigeración de los tanques y el catalizador de gases se habían desactivado manualmente por ahorro de costos.
Al entrar en contacto con la atmósfera el compuesto comenzó a descomponerse en gases muy tóxicos como fosgeno y ácido cianhídrico, también conocido como ácido prúsico o cianuro de hidrógeno, los cuales formaron una nube que al ser más densa que el aire, recorrió a ras de suelo toda la ciudad de Bhopal y miles de personas y seres vivos murieron de forma casi inmediata asfixiadas por la nube tóxica, en tanto que muchas otras fallecieron en diversos accidentes al intentar huir durante la caótica evacuación de la ciudad.
Entre 6 mil y 8 mil personas murieron en la primera semana tras el escape tóxico y al menos otras 12 mil fallecieron como consecuencia de la catástrofe, que afectó a más de 600 mil personas, de las cuales 150 mil sufrieron secuelas físicas.
También perecieron miles de cabezas de ganado y animales domésticos y el lugar del accidente quedó contaminado por las sustancias que tardarían años en desaparecer, y la planta fue abandonada.
Inicialmente Union Carbide negó la toxicidad de los gases indicando que sólo producían irritación temporal de ojos y vías respiratorias, pero el 7 de junio de 2010, un tribunal indio condenó a 8 directivos de la empresa a 2 años de prisión y a abonar 10 mil 600 dólares a la delegación de la empresa en India.
Más de medio millón de personas expuestas a los gases tuvieron sustancias tóxicas en su flujo sanguíneo por varios años, y más de 150 mil enfermos crónicos que sobrevivieron a la catástrofe fueron sometidos también por años a tratamiento médico.
En recuerdo de esta tragedia, se celebra en todo el mundo cada 3 de diciembre el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas.
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