La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos reporta que desde el inicio de la guerra en octubre de 2023 y hasta mediados de 2024 Israel perpetró al menos 136 ataques contra 27 hospitales y otras 12 instalaciones médicas en los que murieron 500 sanitarios, cometiendo posibles crímenes de guerra y contra la humanidad.
El informe, publicado pocos días después del ataque al hospital Kamal Adwan del norte de la Franja, resume que "los mortales ataques en hospitales de Gaza y sus inmediaciones, y los combates asociados, han colocado el sistema sanitario al borde del colapso total, con un efecto catastrófico en el acceso palestino a la salud".
Israel justifica muchos de estos ataques alegando que los hospitales son utilizados con fines militares por grupos armados palestinos, pero según la oficina de Naciones Unidas no ha presentado pruebas para demostrar esas alegaciones, o usó argumentos en contradictorios varias veces.
Los ataques contra el sistema sanitario palestino "plantean dudas sobre el cumplimiento de la ley internacional por parte de Israel, que protege específicamente a personal médico y hospitales siempre que éstos no cometan actos perjudiciales para el enemigo fuera de su función humanitaria".
Los ataques y el colapso sanitario que han provocado causaron la muerte de numerosos heridos cuando esperaban a ser hospitalizados o tratados, o la de recién nacidos cuyas madres no pudieron dar a luz en instalaciones apropiadas o recibir atención postnatal, denuncia el documento.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo al publicarse el informe que "Ee único refugio donde los palestinos deberían haberse sentido seguros se ha convertido en una trampa mortal".
Israel comenzó este tipo de prácticas ya en noviembre de 2023 con el primer gran ataque contra un hospital gazatí, el de Al Shifa, situado en la capital del territorio, que tras una nueva ofensiva en marzo de 2024 "quedó en completa ruina"..
Tras la retirada del Ejército israelí de esa instalación, se encontraron fosas comunes en el recinto hospitalario con al menos 80 cadáveres, entre ellos los de pacientes que todavía tenían catéteres en su cuerpo.
En algunos de los ataques al sistema sanitario gazatí el Ejército de Israel ha utilizado armamento pesado y bombas aéreas, como en el perpetrado el 10 de enero de este año contra el Hospital de los Mártires de Al Aqsa en Deir al Balah, que causó la muerte de 12 personas, entre ellas un periodista.
Otro patrón frecuente en este tipo de ataques ha sido la aparente búsqueda de objetivos en el interior de esos recintos médicos, con casos como el del Hospital Al Awda en Jabalia en diciembre de 2023, incluido el de una enfermera que murió de un disparo cuando se asomó por una ventana.
«Es esencial que haya una investigación independiente, profunda y transparente de todos estos incidentes, y una completa rendición de cuentas de todas las violaciones de la ley internacional y de los derechos humanos», señaló Türk.
El alto comisionado austríaco también pidió la liberación de todos los sanitarios aún detenidos, en alusión a trabajadores como el director del Hospital Kamal Adwan, aún bajo custodia de Israel después del ataque del viernes 27 a esas instalaciones.
El Ejército israelí irrumpió ese día en el interior de ese hospital sito en Beit Lahia, uno de los pocos que quedaban parcialmente operativos en el norte de la Franja, para prender fuego a sus instalaciones y registrar e interrogar a prácticamente todos los enfermos, acompañantes y miembros del personal médico.
El informe subraya que incluso en el caso de que los trabajadores sanitarios y sus instalaciones puedan ser considerados objetivos militares «en circunstancias excepcionales» todo ataque contra ellos tiene que respetar los principios de distinción, proporcionalidad y precaución.
El documento matiza que si las alegaciones de Israel sobre el uso militar de hospitales por parte de grupos armados palestinos, estos últimos también estarían cometiendo el crimen de guerra de «utilizar la presencia de civiles para protegerse de ataques»
Además, la población palestina se ha reducido en un 6% este 2024, un año en el que Israel ha mantenido su guerra contra la Franja de Gaza e intensificado sus ofensivas militares, a menudo letales, en Cisjordania ocupada, alertó la Oficina Central Palestina de Estadísticas.
Según la oficina, el año va a cerrar con 5,5 millones de palestinos dentro de los límites de lo que debería ser el futuro Estado Palestino, con 3,4 millones de habitantes en Cisjordania y 2,1 millones en la Franja de Gaza. La población en el enclave se ha reducido en 160.000 personas este año, entre muertos y huidos. (Naciones Unidas)
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