Nos comentan que las protestas y disturbios en algunos planteles de la UNAM y el Politécnico tienen detrás la mano de quien busca problemas a Claudia Sheinbaum y su precandidatura a la Presidencia de la República. Por Enrique Muñoz.
Hoy llega a México Antony Blinken, Secretario de Estado de Estados Unidos, quien habrá de copresidir el Diálogo Económico de Alto Nivel en que funcionarios de primer orden de ambas naciones abordarán temas como el TMEC y la legislación mexicana sobre energéticos, pero además trae en su agenda asuntos que preocupan sobremanera a la Casa Blanca, como el creciente tráfico de fentanilo que inunda las calles de aquel país y la incesante migración ilegal de ciudadanos de todo el mundo que cruzan como Juan por su casa por nuestro territorio. La visita incluye reuniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario Marcelo Ebrard.
Nos comentan que las protestas y disturbios en algunos planteles de la UNAM y el Politécnico tienen detrás la mano de quien busca problemas a Claudia Sheinbaum y su precandidatura a la Presidencia de la República. Los ojos de los malpensados voltean a ver a la cancillería en busca de responsables pero, sea de donde venga el fuego contra la Universidad y el Poli, se trata de las dos más grandes e importantes instituciones educativas publicas del país, cuyos alumnos, profesores y padres de familia no se merecen guerritas de corcholatas. Alguien en Palacio Nacional debe poner orden, pero ya.
Igual que el crimen organizado cobra derecho de piso, y sabedora de que en este país no hay orden ni gobierno, Nidia Betzabeth García, alcaldesa morenista de San Francisco Telixtlahuaca, perteneciente a la región de Valles Centrales de Oaxaca, ya puso su changarro en el acceso al municipio donde impunemente cobra por ingresar a su territorio 200 pesos a camiones torton, 150 a camionetas de 3 y media toneladas y 150 a camionetas de batea que llevan mercancías y perecederos donde ella es la que reina y manda. Dice el presidente que ellos no son iguales, por lo visto salieron peores.
Después de las traiciones de Alejandro Moreno Cárdenas a sus colegas los dirigentes nacionales del PAN y PRD, Marko Cortés y Jesús Zambrano, se volvió a ganar el mote de AMLITO, pues ya come de la mano del presidente López Obrador. Y es que en su propósito de salvarse del desafuero, vinculación a proceso y cárcel, atrás dejó sus falsas afirmaciones de “no me doblaré…lucharé con mi vida contra este gobierno que pretende instaurar una dictadura en nuestro país” y más y más expresiones hipócritas y falsas. AMLITO es un boxeador de la política, un fajador de callejón pero no come lumbre y tampoco tiene escrúpulos. El campechano está arropado por los estatutos que él mismo de dio. Su período concluirá el 19 de agosto de 2023 pero en realidad quiere el aval del CEN -del que tiene control mayoritario- para extender el tiempo de su dirigencia y tener a su cargo la selección de candidatos que competirán en las elecciones de 2024. En los estatutos leoninos que él mismo se dio, se le faculta para que él y sólo él designe a los futuros candidatos priístas. Ahora está en manos de la diputación priísta rechazar la iniciativa de reforma al transitorio que pretende prolongar la presencia del ejército en las calles hasta 2028 como lo pide el presidente López Obrador, a cambio de la libertad de AMLITO, y de paso fortalecer la Alianza que pueda plantar cara a Morena en 2024. Una votación así sacaría a AMLITO del ánimo presidencial y seguramente, del CEN priísta.
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