Este le gana al ruso Vladimir Putin en cuanto a mantenerse en el poder: es como una droga.
Hoy hay comicios generales en Bielorrusia, y el presidente Alexander Lukashenko, que es el dirigente europeo que lleva más tiempo en el poder con 30 años, va por una reelección más apelando a la seguridad que le da su vecindad con Rusia, su amistad con Putin y por supuesto, las armas nucleares que desplegó Moscú en la frontera con la OTAN.
Intentando montarse en la situación actual en Europa y la guerra rusa contra Ucrania, este eterno líder bielorruso dijo en un mitin que "no bailaremos al son de otra música. No bajaremos la cerviz. No permitiremos que las botas del invasor pisen nuestra tierra natal.
No identificó por su nombre a los presuntos invasores, pero Lukashenko, quien llegó a poder desde 1994 quedando tan enamorado del gobierno que no lo suelta, y aprovecha la campaña para prometer que nunca enviará a sus hombres a combatir en Ucrania.
Sin embargo, es un hecho que está totalmente alineado con Moscú en el ataque contra Ucrania, y es parte de lo que le ha vendido a los bielorrusos en su campaña para que voten por él.
Lukashenko había dejado entrever la posibilidad de dejar el poder y empujar a su hijo Kolia-, pero, con más de 70 años, este dirigente que para Occidente es un dictador, decidió buscar una séptima reelección.
Insistió en Minsk que “mantendremos lo más importante: la dictadura del orden, la justicia, la bondad y el respeto al hombre, especialmente, al trabajo del hombre", en un es enserio en el que parte de la población ve, por otro lado, que con Lukashenko en el poder, Bielorrusia no será invadida por Rusia.
La elección es tachada por los opositores como una farsa y a la competencia se presentan además de Lukashenko 4 contendientes que son calificados de comparsas
De entre ellos, hay una mujer, Anna Kanopátskaya, que hay sido crítica con la gestión del presidente y le ha pedido públicamente que abandone el cargo.
No se espera una repetición de las protestas de hace 5 años, y la oposición se conforma con pedir el voto contra todos los candidatos, opción prevista por la legislación electoral.
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