Largos 102 años han pasado desde que llevó al mundo uno de los compositores de música popular, esa sí popular, que más huella dejó a su paso por la historia musical de nuestro país. El gran Salvador Flores Rivera, conocido como Chava Flores, compositor e intérprete de canciones mexicanas populares que nació el 14 de enero de 1920 en la Ciudad de México, justito en el antiguo barrio de La Merced.
De sus inicios poco se sabe, y hay biógrafos que suponen que creció en lo mismo en Tacuba, que en la colonia Roma y en Santa María la Ribera, aunque lo que sí es un hecho es que para el año de 1933, año se mudó a Morelia, y la muerte de su padre lo obligó a trabajar ante la mala situación económica de su familia.
Se refiere que Chava Flores trabajó desde niño lo mismo de responsable de almacén, que de cobrador, costurero, vendedor, impresos y administrador de una ferretería, entre otras chambas, actividades que seguramente fueron fuente de creatividad a la hora de concebir sus canciones.
Transitar por buena parte de los barrios y colonias de la capital, habrían permitido a Chava Flores tener un bosquejo aterrizado de la sociedad capitalina de su tiempo, mismas que reflejó en su música, siendo catalogado por ello como Cronista Cantor de la Ciudad de México. las letras de sus canciones lo respaldaban. Conocía profundamente la ciudad capital.
Fue esencialmente un trabajador incansable: cuando las cosas no funcionaban bien en su empleo, inmediatamente buscaba una alternativa que le permitiera continuar trabajando; ese fue el caso en 1946, cuando desafortunadamente tuvo que cerrar su camisería. Tuvo, así, una racha de empleos breves y mal remunerados. Fue así como, sin saberlo, se fue enfilando a lo que sería su carrera como compositor. Entre sus trabajos, Chava laboró en una ferretería, y con varios de sus compañeros de trabajo, comenzó su labor en una imprenta; en donde una idea suya derivó en el Álbum de Oro de la Canción.
Chava comenzó a editar en 1949 una colección de cuadernos de 32 páginas que bautizó como El Álbum de Oro de la Canción. El precio de cada cuaderno era de 65 centavos, y en ellos aparecían las canciones más gustadas de todos los tiempos, haciéndole competencia al famoso Cancionero Picot.
Esta situación marcaría el futuro de Flores, quien se sumó al mundo de los compositores e intérpretes de la época. Ante la imposibilidad de continuar con el álbum, buscó otras actividades y se adentró en el ámbito musical, encontrando un placer por la música más allá de escuchar y cantar, creando entonces sus propias canciones.
Surgió entonces su primera canción "Dos horas de balazos", seguida de "La tertulia" en 1952, empezando así su camino a la fama. Sus presentaciones en cabarets y carpas y cabarets de la capital le abrieron paso hasta hacerse de un nombre dentro y fuera de nuestras fronteras, al grado de que, 25 años después, Chava Flores había grabado 7 discos LP y tenía su propia disquera de nombre Ageleste
Flores dejó la Ciudad de México en 1983 para retornar a Morelia, donde tenía un programa de televisión, hasta su muerte el 5 de agosto de 1987 debido a un paro cardiaco. Su música perdura y sus canciones aún más, como la mejor forma de entender parte del folclor del mexicano.
Muchas de sus composiciones han soportado el paso del tiempo: ejemplos de esto son piezas como Boda de vecindad, Peso sobre peso, La interesada, El gato viudo, Mi chorro de voz, Ingrata pérfida y Llegaron los gorrones, Pobre Tom, Vámonos al parque, Céfira; Cerro sus ojitos Cleto, Pichicuás, Los quince años de Espergencia, Sábado Distrito Federal, Voy en el Metro y A qué le tiras cuando sueñas mexicano.
¿Le suena alguna de estas?
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