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  • Laura Meléndez

Para muchos, el mejor cronista que ha tenido México: Carlos Monsiváis

Este 19 junio se cumple el aniversario número 14 del deceso de otro monstruo de las letras mexicanas, famoso cronista y ensayista dueño de una enorme ironía, y de expresar con claridad sus ideas mediante unas cuentas palabras: Carlos Monsiváis Aceves, o si lo prefiere usted, simplemente Don Carlos Monsiváis.

 

Nacido en la Ciudad de México el 4 de mayo de 1938, desde muy joven se convirtió en una de las voces más importantes de la cultura hispánica colaborando en suplementos culturales, radio, televisión e innumerables mesas de debate, lo que poco a poco lo convirtió en una celebridad del mundo cultural de México. muchos decían era “el sabio del pueblo”.

 

Estudió en la escuela de economía y facultad de filosofía y letras en la UNAM y teología en el seminario teológico presbiteriano de México. Su obra a pesar de tener más de 50 libros, se encuentra principalmente en artículos de revistas, periódicos y complementos culturales, lo que hace difícil coleccionarla o seguirle la pista. El elemento predominante en sus escritos es el humor irónico y la parodia, sin aire de burla.

 

Era un estudiante permanente de las actitudes y forma de vida de vida del mexicano en su pasado y presente, para alcanzar un mejor futuro, manifestando su interés en héroes del pueblo como Cantinflas, el Santo y Pedro Infante.

 

Practicó diversos géneros literarios (el cuento, la fábula, el aforismo...), pero sobre todo se le consideró cronista y ensayista. Parte fundamental de su obra logró una perfecta conjugación de ambos géneros, al grado en que algunos denominan sus textos crónicas-ensayo o croni-ensayos.

 

Puede decirse que fue el padre de la crónica moderna en México. La potencia creativa que Monsiváis le otorgó a la crónica permitió que se le considerara no sólo un subgénero o género menor.   Sobre sus obras, gracias a su capacidad de síntesis y análisis abarco varios temas, política, cultura popular y aspectos que influían en el pueblo.

 

Sobre sus gustos personales, era gran cinéfilo, amante de los gatos, de la música popular y la sobriedad en su persona.

 

Murió de fibrosis pulmonar el 19 de junio de 2010, tras haber estado internado varios meses en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.

 

Fue objeto de homenajes en Bellas Artes y el Teatro de la Ciudad, sitio este donde su amiga Elena Ponitowska dijo: ¡¿Que va a hacer México sin ti Monsi, que vamos a hacer todos sin ti?! Refiriéndose a que el intelectual era una voz contra la injusticia y la demagogia.

 

No podemos dejar de hacer referencia al museo del Estanquillo, que alberga las colecciones del escritor. Son más de 12 mil piezas, y fue el mismo Carlos el que dio nombre al espacio, dado que habría gran gama de artículos, en el edificio la esmeralda del centro histórico, a dos cuadras del zócalo del Distrito Federal. Y es en ese mismo lugar donde descansan sus cenizas.

 

Monsiváis no toleraba la injusticia y la impunidad del poder en cualquiera de sus formas, era crítico y rudo contra esas manifestaciones autoritarias de representantes del poder económico, político, intelectual e incluso del eclesiástico. Su convicción en sus principios morales era tal al punto de que nunca fue a Cuba pese a la multitud de invitaciones oficiales que tuvo de visitar el país.

 

Una de sus mayores actividades fue como difusor de la cultura mexicana de las clases populares y la alta cultura. Don Carlos esperaba que no considerara una a la otra como opuesta sino como parte de la misma y deseaba ser reconocido como una amalgama de Ringo Starr (baterista de los Beatles) y Albert Camus (dramaturgo francés).

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