Fue un hecho que hoy día es considerado histórico, lo ocurrido el 30 de diciembre de 2006, cuando fue ejecutado Sadam Husein, político, militar y dictador iraquí nacido en Tikrit el 28 de abril de 1937, quien gobernó con mano de hierro el país asiático y lo llevó a 2 guerras cruentas y con duras consecuencias para los iraquíes.
Designado presidente de la República en 1979, su política militar y los intereses de multinacionales petroleras que ambicionaban los pozos ubicados en la frontera, lo llevaron a una guerra contra Irán de 1980 a 1988 en la que contó con el apoyo de Estados Unidos, Francia y la URSS, guerra que costó cientos de miles de muertos y dejó a ambos países en una situación económica deplorable.
En el verano de 1990 Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos sobrepasaron su cuota de extracción y refinado de petróleo, lo que hizo caer el precio del crudo y la OPEP exigió a ambos países cumplir lo estipulado pero el acuerdo no satisfizo a Irak, que pidió que se aumentase el precio del barril de petróleo a 25 dólares.
El ministro de exteriores iraquí, Tarek Aziz, acusó a Kuwait de "robar petróleo a Irak" y establecer pozos en el campo de Rumalia, amenazando al emirato con "usar la fuerza" si no reducía su producción y Estados Unidos apoyó a Kuwait. El 2 de agosto de 1990 Irak invadió y se anexó Kuwait.
A comienzos de 1991, una coalición internacional dirigida por Estados Unidos declaró la guerra a Irak y le obligó a retirarse de territorio kuwaití durante la Guerra del Golfo, bautizada por Saddam como "la madre de todas las batallas". Los resultados de la guerra originaron otra grave crisis económica iraquí y la ONU impuso al país un severo embargo.
A pesar de la derrota, Saddam se mantuvo como presidente, y años posteriores supusieron un aislamiento para el país, a pesar de lo cual, la actitud de Hussein siguió siendo desafiante.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 de Nueva York, el presidente estadounidense George W. Bush incluyó a Irak, Irán y Corea del Norte en el denominado 'eje del mal, y 2 años después en una coalición dirigida por Estados Unidos con el apoyo de Reino Unido, Australia, España y Polonia declaró la guerra a Irak invadió el país, bajo el pretexto de que Irak poseía armas de destrucción masiva y no había colaborado con los inspectores de la ONU.
El régimen de Saddam cayó, pero las armas no se encontraron. Su paradero fue desconocido por varios meses hasta que el 13 de diciembre de 2003, fue arrestado en una operación conjunta entre kurdos iraquíes y el Ejército estadounidense mientras se encontraba escondido en un sótano en los alrededores de Tikrit.
El 5 de noviembre de 2006, luego de 2 años de juicio, Hussein fue condenado, junto con otros dos acusados, "a morir en la horca" por el Alto Tribunal Penal iraquí controlado por Estados Unidos, que lo encontró culpable de haber cometido un crimen contra la humanidad, por el asesinato de 148 chiítas de la aldea de Duyail en 1982, hecho ordenado por Husein en represalia por un atentado contra su vida cometido durante una visita a esa aldea por parte de guerrilleros del opositor Partido Islámico Dawa. También se le atribuye la responsabilidad del ataque químico a Halabja en 1988, la represión de la rebelión chiíta en 1991 las fosas comunes de ese año a guerra contra Irán y la invasión de Kuwait. O sea, culpable de todo
En los años del juicio, Husein se mostró, "desafiante" ante el tribunal "iraquí" y en el momento de la sentencia el 5 de noviembre de 2006, colaboradores del ex dictador iraquí insultaron al tribunal. El 28 de diciembre de 2006, el Alto Tribunal Penal iraquí confirmó la orden de ejecución de Saddam para el 2 de enero de 2007, pero altos funcionarios iraquíes nombrados por los invasores decidieron la ejecución antes de la llegada de 2007.
Su ejecución tuvo lugar el sábado 30 de diciembre de 2006, aproximadamente a las 06:05 hora local tras ser condenado a la horca, y fue ejecutado en presencia de un clérigo, un médico y un juez, además de varios testigos, todos ellos de origen iraquí, autorizados por Estados Unidos. En un vídeo del momento de la ejecución, se escucha cómo el expresidente iraquí se enfrenta dialécticamente a sus verdugos, negándose a que le cubriesen la cabeza con una capucha antes del ahorcamiento, y leyó las frases de la profesión de la ley musulmana: "No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta."
Tras la ejecución ese 30 de diciembre de 2006, una cadena de atentados sacudió Bagdad dejando al menos 70 muertos, después de que el Partido Baaz pidiera a los iraquíes venganza por el asesinato del expresidente a manos de los invasores.
Su cuerpo fue entregado a sus familiares para ser enterrado en su ciudad natal, Tikrit.
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