El 20 de enero toma posesión como presidente de Estados Unidos el republicano Donald Trump, y por "extraña coincidencia", el régimen de Israel amenaza a Hamas con su liquidación de no libera a los rehenes justo antes de ese día.
En una muestra de quién maneja parte de la política seguridad en el estado judío, el ministro de Defensa hebreo, Israel Katz, pidió al Ejército presentar un plan para la "derrota total" del movimiento palestino Hamás en Gaza a menos que libere a los rehenes a más tardar dentro de 10 días.
En una declaración emitida por la cancillería israelí, Katz dijo que "si el acuerdo sobre los rehenes no se materializa para cuando el presidente Trump asuma el cargo, debe haber una derrota completa de Hamás en Gaza".
El funcionario judío se reunió con varios oficiales, entre ellos el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Israel, teniente general Herzi Halevi, y afirmó que la liberación de los rehenes es la prioridad número uno para su cartera.
Katz insistió en "hacer todo lo posible para traerlos a casa", y advirtió que el Ejército israelí no debe dejarse arrastrar en una guerra de desgaste contra Hamás en Gaza, mientras las vidas de los rehenes corren peligro.
Pidió a los militares especificar "los asuntos que podrían dificultar la ejecución del plan, incluyendo la cuestión humanitaria y otras, y dejar en manos de la cúpula política la toma de las decisiones necesarias”.
Dijo también que la solución política para Gaza, no es relevante para la ejecución del plan, ya que "ningún partido árabe o de otro tipo asumirá la responsabilidad de gestionar la vida civil en Gaza mientras Hamás no sea completamente aplastado".
Mientras tanto, se confirmó la muerte de 2 rehenes de los capturados por Hamás hace 15 meses: Hamza Ziyadne, de 22 años, y su padre, Youssef, de 53, cuyos restos fueron recuperados en Rafah, dentro del enclave palestino.
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