La relatora especial de la ONU sobre el derecho a la salud, Tlaleng Mofokeng, y la relatora especial de la ONU sobre el territorio palestinos ocupado, Francesca Albanese, pidieron este jueves a Israel que ponga fin al flagrante menosprecio del derecho a la salud en Gaza, tras el asalto de la semana pasada al hospital Kamal Adwan y la detención arbitraria de su director, Hussam Abu Safiya.
“Después de más de un año de genocidio, el flagrante ataque de Israel contra el derecho a la salud en Gaza y en el resto del territorio palestino ocupado está llevando a nuevas cotas la impunidad”, afirmaron las expertas**, quienes expresaron su horror y preocupación por los informes procedentes del norte de la Franja, especialmente por el ataque contra el personal sanitario, incluido el último de los 22 hospitales destruidos, el centro Kamal Adwan.
Las relatoras también expresaron su profunda preocupación por la suerte de Hussam Abu Safiya, “otro médico acosado, secuestrado y detenido arbitrariamente por las fuerzas de ocupación, en su caso por desafiar las órdenes de evacuación y dejar atrás a sus pacientes y colegas”.
“Esto forma parte de un patrón de Israel para bombardear, destruir y aniquilar por completo la realización del derecho a la salud en Gaza”, indicaron las expertas.
Señalaron que, antes de su secuestro, el hijo Abu Safiya fue asesinado delante de él, y que recientemente resultó herido mientras estaba de servicio como consecuencia de los actos genocidas de Israel. Sin embargo, siguió prestando asistencia mientras el hospital estaba sometido a continuos bombardeos y amenazas.
Informes más inquietantes indican que las fuerzas israelíes presuntamente llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales de algunas personas en las inmediaciones del hospital, entre ellas un palestino que, al parecer, sostenía una bandera blanca.
Hasta la fecha han muerto más de 1057 profesionales médicos y de la salud palestinos y muchos han sido detenidos arbitrariamente.
“Las heroicas acciones de los colegas médicos palestinos en Gaza nos enseñan lo que significa haber prestado el juramento hipocrático. También son una clara señal de una humanidad depravada que ha permitido que continúe un genocidio durante más de un año”, afirmaron Mofokeng y Albanese.
Destacaron que, el personal médico se compone de civiles que desempeñan una función crucial en el momento más crítico, por lo que gozan de una protección especial en virtud del derecho internacional humanitario. No son objetivos legítimos de ataque, ni pueden ser detenidos por ejercer su profesión.
“Los ataques contra el personal sanitario, los hospitales y las instalaciones sanitarias, incluidas las ambulancias, contravienen el derecho fundamental de las personas a acceder a servicios sanitarios esenciales, una cuestión de suma importancia en tiempos de conflicto armado”, afirmaron las expertas.
En este sentido, las relatoras hicieron un llamamiento a las autoridades israelíes, como potencia ocupante, para que respeten y protejan el derecho a la vida y el derecho a la salud en Gaza y en todo el territorio palestino ocupado, incluso, a la espera de que finalice su presencia en el territorio ocupado, garantizando el acceso sin trabas de la asistencia sanitaria necesaria y restableciendo urgentemente la continuidad de los servicios sanitarios esenciales en la Franja.
“Bajo la ocupación, los asaltos intencionados a instalaciones sanitarias tienen el potencial de exponer a las personas a tratos crueles, inhumanos y degradantes y pueden constituir un crimen de guerra. En Gaza, esto es claramente parte de un patrón bien establecido de genocidio, por el que los líderes israelíes tendrán que rendir cuentas”, aseveraron las expertas. (Naciones Unidas)
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