Indirecta de Lula contra Musk y protestas de opositores por suspensión de X

Ningún país es verdaderamente independiente cuando tolera amenazas a su soberanía, y siempre seremos intolerantes con cualquiera, por más rico que sea, que desafíe la legislación brasileña", afirmó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

La declaración en el marco de un discurso con motivo del Día de la Independencia, que se conmemora este 7 de septiembre en Brasil, fue interpretada como una crítica al magnate Elon Musk, aunque el mandatario no lo citó por su nombre.

Lula aludió a los ataques a la democracia y sostuvo que la soberanía de Brasil "no está en venta*, días después de que el hombre más rico del mundo amenazara al Gobierno de Brasil con la confiscación de activos en Estados Unidos tras la suspensión de la red social X en el país por decisión del juez Alexandre de Moraes.

El ministro ordenó congelar las cuentas de la empresa de Musk la semana pasada para obligarla a cubrir multas impuestas a X por más de 3 millones de dólares.

El empresario amenazó al gobierno y dijo que "a menos que el Gobierno brasileño devuelva la propiedad confiscada ilegalmente de X y SpaceX, buscaremos también la incautación recíproca de los activos del Gobierno", en la Unión Americana.

Lula aplicó en diciembre la frase "Brasil no es una tierra sin ley", expresión utilizada por Moraes en sus discusos sobre X y las investigaciones sobre el uso de las redes sociales.

El ministro dijo que "Brasil es un país donde reinan la paz y la libertad, pero no es un territorio sin ley ni orden".

La coyuntura fue aprovechada por seguidores del ultraderechista expresidente brasileño Jair Bolsonaro, para salir a protestas en las calles de varias ciudades, en especial Sao Paulo, a propósito del Día de la Independencia.

Muchos manifestantes portaron los colores amarillo y verde de la bandera brasileña y algunos llevaban imágenes de Musk así como referencias a la prohibición de X, a cuyo dueño le agradecieron por "defender nuestra libertad”.

La principal manifestación fue en São Paulo, a la que incluso acudió Bolsonaro, uno de sus hijos, y el gobernador del estado de São Paulo, Tarcísio de Freitas, todos ultraderechistas.