Ahora es la ONG Médicos sin Fronteras la que denuncia la impunidad con la que Israel ataca dentro de la Franja de Gaza, que agrede sin importar si se trata de milicianos de Hamás, población civil, personal de Naciones Unidas, periodistas o bien organizaciones como MSF.
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Un ataque del Ejército israelí contra un refugio de la Médicos Sin Fronteras en la Franja de Gaza que albergaba a 64 personas, dejó un saldo de 2 personas muertas y 6 heridas. De acuerdo con el comunicado oficial de NSF, el ataque se produjo el 20 de febrero en el sureste de Gaza, cuando un tanque israelí abrió fuego a última hora de la tarde contra una casa en la localidad de Al-Mawasi, cerca de Jan Yunis, donde vivían trabajadores de MSF y sus familias.
La mayor parte de las víctimas eran mujeres y niños, y debido al bombardeo, las ambulancias tomaron más de 2 horas en llegar al lugar para trasladar a los heridos al hospital de campaña de Rafah.
Meinie Nicolai, directora general de MSF, declaró que "estos asesinatos ponen de relieve la cruda realidad de que ningún lugar de Gaza es seguro, que las promesas de zonas seguras son vacías y los mecanismos de desescalada poco fiables".
La masacre alcanza a todos los que habitan en Gaza, sean o no militantes de Hamás, y el mundo sigue cerrando los ojos ante el genocidio, incluidos el Consejo de seguridad de Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
No es el primer ataque que se produce en los últimos meses, ya que el pasado 8 de enero, los bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel contra un refugio de Médicos Sin Fronteras hirieron a cuatro personas, entre ellas una niña.
No quien se acuerde de las ordenes dictadas por la Corte a Israel para limitar las muertes en esta guerra.
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