Existe un vínculo genético entre los marcadores biológicos que se pueden detectar en un análisis de sangre y trastornos psiquiátricos como depresión, esquizofrenia y anorexia, según el estudio de un grupo de investigadores de instituciones científicas de Australia.
Para William Reay, científico de la Universidad de Newcastle, en Nueva Gales del Sur, la investigación publicada en la revista Science Advances, ayudaría a comprender mejor las causas que originan las enfermedades mentales, así como desarrollar nuevos tratamientos.
Reay, citado por el medio The Conversation, explica que los científicos emplearon técnicas de investigación genética para encontrar relación entre los trastornos de salud mental y 50 biomarcadores detectables en la sangre, como el colesterol, vitaminas, enzimas e indicadores de inflamación. Para ello se utilizaron datos de casi un millón de voluntarios, obtenidos de estudios realizados por otros investigadores.
La investigación probó que la mayoría de los biomarcadores empleados estaban genéticamente correlacionados con al menos una enfermedad mental, ya que el efecto de los cambios en la secuencia del ADN sobre el riesgo de padecer un trastorno mental y los niveles de un biomarcador específico fueron idénticos entre sí.
De acuerdo con Reay, "para tomar un ejemplo, hubo una correlación genética positiva en nuestro estudio entre el recuento de glóbulos blancos y la depresión", y agregó que "esto podría indicar que algún proceso en nuestro cuerpo influye tanto en la depresión como en los glóbulos blancos".
A pesar de que la investigación mostró la presencia de una "correlación genética" entre las enfermedades mentales y los marcadores biológicos en la sangre, no significa que estos están involucrados en las "causas" de la anormalidad psiquiátrica.
Para diferenciar la correlación de la causalidad, los científicos propusieron realizar ensayos clínicos al momento que los pacientes recibieran de forma aleatoria un tratamiento paliativo.
Los ensayos son costosos y difíciles de realizar, por lo que optaron por utilizar variantes de ADN vinculadas a cambios en los biomarcadores de tipo sanguíneo, ya que para Reay el "proceso aprovecha el hecho de que heredamos aleatoriamente variantes de ADN de nuestros padres, de la misma manera que los participantes en un ensayo clínico reciben aleatoriamente un tratamiento o un placebo".
Los resultados obtenidos en el experimento indicaron que algunas sustancias detectadas en la sangre pueden estar vinculadas con las causas de algunos trastornos mentales, como en el caso de las proteínas, las cuales están relacionadas con el sistema inmunológico y al mismo tiempo están asociadas a la depresión, la anorexia y la esquizofrenia.
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