Este sábado 3 de febrero recordamos un aniversario luctuoso más de Johannes Gutenberg, un orfebre alemán al que se le atribuye la invención de la imprenta, uno de los grandes, grandes inventos de la historia por la influencia que tuvo en el acontecer humano.
Su nombre completo fue Johánnes Génsfleisch zur Láden fue hijo de un patricio de Maguncia, orfebre de profesión y director de la Casa de la Moneda del Sacro Imperio Romano Germánico, quien se casó con Else Wilse, una burguesa cuya familia aportó como dote una mansión llamada Zum Gutenberg, en la cual nació el futuro impresor aproximadamente en el año 1400.
Eso consigna la historia. el año no se tiene claro….
De joven fue instruido en el arte de la orfebrería y las técnicas de acuñación de monedas y así transcurrieron sus primeros 30 años de vida hasta 1428 cuando Maguncia sufrió las consecuencias de una violenta agitación social y política entre comunidades enfrentadas;
Los archivos de la ciudad de Estrasburgo confirmaron la presencia de Gutenberg desde 1434 al asociarse con tres ricachones en actividades vinculadas con el tallado de gemas y el pulimiento de espejos. La mayor parte del tiempo lo invertía en un proyecto que procuraba mantener en secreto y cuando fue descubierto por sus socios, insistieron en participar en aquel misterioso asunto que el inventor llevaba entre manos.
Gutenberg necesitaba dinero y en 1438 firmó contrato en el cual estipulaba que los tres deberían aportar 125 florines, pero la muerte de uno de ellos, llevó a los hermanos del fallecido a exigir su ingreso en la sociedad o recibir una compensación económica a lo que Gutenberg se negó.
Johannes regresó a Maguncia en 1448 y su arte como impresor sedujo a Johann Fust, un acaudalado burgués que le dio 800 florines, y en 1452, a raíz de un nuevo préstamo, Fust se convirtió en socio de la primera imprenta tipográfica moderna.
En 1455 se completó la primera obra maestra del nuevo arte: la Biblia “de 42 líneas”, llamada así por ser el número más frecuente de líneas por columna en cada una de sus 1280 páginas. Era una versión latina de las Escrituras de san Jerónimo, editándose 120 ejemplares en papel y 20 en pergamino, de los que se conservan 33 y 13, respectivamente hasta nuestros días.
A pesar del éxito, Fust interpuso demanda judicial contra Gutenberg, al que acusó de no respetar sus compromisos financieros y Johannes fue condenado a pagarle 2026 florines, que incluía el capital prestado e intereses devengados, además de perder su taller y la mayor parte de su material, del cual se apoderó Fust.
Los nuevos dueños de la imprenta publicaron en 1457, el Mainzer salterium, un salterio, el primer libro que lleva el nombre del editor.
Gutember vivió años amargos, refugiándose al final en la comunidad de religiosos de la fundación de San Víctor y contó con la ayuda de Konrad Humery, funcionario del ayuntamiento de Maguncia, que le proporcionó material para montar un pequeño taller tipográfico.
Gutenberg falleció el 3 de febrero de 1467, según el testimonio que dejó escrito un canónigo de la fundación de San Víctor y enterrado en la iglesia que los monjes franciscanos poseían en Maguncia.
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