Más de historia… fue el 27 de junio pero de 1910, cuando el general Porfirio Díaz triunfa en las elecciones ante Francisco I. Madero, con lo que se reelegía por novena y última ocasión.
El inicio de este último periodo tuvo como antecedente el mes de marzo de 1908, cuando el General concedió una entrevista al periodista norteamericano James Creelman, en la cual afirmó que México ya estaba preparado para tener elecciones libres, insinuando que dejaría el poder; esto fue el parteaguas que detonó la fiebre política con miras a las elecciones de 1910, y llenó de optimismo a una nueva generación que quería participar en la vida política del país.
A raíz de la entrevista surgieron varios partidos políticos, se escribieron libros y artículos que discutían la situación del país y la solución de sus problemas y aparecieron nuevas figuras políticas. Una de ellas fue Francisco I. Madero, proveniente de una familia de hacendados y empresarios quien fundó el Partido Antirreeleccionista del que se postuló candidato; después viajó por el país para explicar sus ideas, algo que desde tiempos de Benito Juárez no sucedía, por lo que se hizo popular y revivió las esperanzas de cambio.
El éxito de su campaña lo convirtió en un peligro para el gobierno de Díaz, por lo que mientras tenían lugar las sesiones de la Convención Antirreeleccionista en Ciudad de México, el 16 de abril de 1910 se llevó a cabo una entrevista entre el presidente y el candidato, donde intervino como mediador el gobernador de Veracruz, Teodoro Dehesa. Aunque se trató de una entrevista privada se presume que Díaz prometió que el partido de oposición y la campaña maderista serían respetados y garantizó elecciones libres y justas; Madero presentó una fórmula electoral en la iba con Ramón Corral como aspirante a la vicepresidencia, pero Díaz rechazó este plan.
La entrevista fue un fracaso y el presidente prefirió contender por el poder a la vez que su opositor escribió sobre la entrevista en una carta a su primo hermano Adrián Aguirre Benavides, describiendo la intransigencia del dictador y la imposibilidad de lograr acuerdos con él, lo que provocó el enojo del General, siendo Madero detenido en Monterrey poco antes de las elecciones y encarcelado en San Luis Potosí. Las elecciones siguieron, Madero había reunido apoyo popular, pero cuando el gobierno dio los resultados, Díaz se proclamó vencedor dejando a Madero un número minúsculo de votos.
Era el 27 de junio del histórico 1910...
El fraude electoral despertó la ira de la población al tiempo que, mediante el pago de una fianza, Madero salió de la cárcel aunque debía permanecer en la ciudad; a principios de octubre escapó a Estados Unidos donde publicó el Plan de San Luis en el cual denunció la ilegalidad de las elecciones y desconoció a Porfirio como presidente, declarándose él mismo mandatario provisional hasta que se realizaran nuevas elecciones. Madero, prometió que devolvería las tierras a quienes hubieran sido despojados de ellas y pidió la defensa del sufragio efectivo e hizo un llamado al pueblo para que se levantara en armas el 20 de noviembre de 1910.
El ejército de Díaz, que mantuvo la paz durante 30 años, parecía muy fuerte pero en realidad era débil frente al descontento general y en sólo 6 meses las fuerzas maderistas triunfaron con la toma de Ciudad Juárez, por Pascual Orozco y Francisco Villa. En esa ciudad, en mayo de 1911, se firmó la paz entre Díaz y los maderistas, el presidente fue obligado a renunciar y salió del país rumbo a Francia, donde murió en 1915.
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