A los pobres nicaragüenses los tiene su gobierno más y más aislados del mundo
La eterna administración de Daniel Ortega y si mujer, anunció su decisión de retirar al país de la Organización Internacional del Trabajo y de la Organización Internacional para las Migraciones, a quienes acusa de "injerencia", "falsedades" y acción "politizada" contra la nación centroamericana.
Rosario Murillo, la esposa y co-gobernante con Daniel Ortega, declaró que habían notificado a la OIT y la OIM "la decisión soberana e irrevocable de retirarnos" de esos organismos, porque "no cumplen con la misión para la que fueron creados".
Managua tomó la determinación, horas después de que se retirara del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, medida calificada como "señal alarmante de aislamiento" por otros países que forman un grupo que investiga la situación en Nicaragua.
Murillo, convertida en "estadista", expresó que "reiteramos nuestra posición irrevocable, firme, de repudio de todos los insultos, ofensas, falsedades, agresiones, el doble rasero de la política colonialista que rige las acciones" de esos organismos.
Paraclaxseñora de Ortega, la OIT ha actuado de "manera politizada, prestándose a maniobras de desestabilización e injerencismo", al evaluar quejas de empresarios y empleados sobre violaciones a derechos laborales.
Sobre la OIM, el gobierno nicaragüense, publicó en su informe de 2024 sobre migración "información falsa, malintencionada e irresponsable", en la que se señala a Nicaragua como origen de miles de migrantes solicitantes de asilo.
Ortega, exguerrillero de 79 años de edad que gobernó en la década de 1980 y regresó al poder desde 2007, ha endurecido junto con su mujer el control sobre la sociedad nicaragüense tras las protestas de 2018, que consideraron un intento de golpe de Estado patrocinado por Estados Unidos.
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