El papa Francisco asumió una postura más dura respecto a la invasión de Rusia en Ucrania, este domingo, y llamó desde el Vaticano a la comunidad internacional para que haya compromisos que permitan terminar una guerra que calificó de "repugnante” y de "masacre insensata”.
Luego del rezo del Ángelus, el Santo Padre pidió nuevamente a la comunidad internacional hacer verdaderos esfuerzos para poner fin a la invasión rusa en Ucrania
“Lamentablemente, la violenta agresión contra Ucrania no cesa, una masacre sin sentido donde las atrocidades se repiten cada día. No hay ninguna justificación para ello. Pido a todos los actores de la comunidad internacional que hagan un verdadero esfuerzo para poner fin a esta repugnante guerra”, pidió el Pontífice. Lamentó que “también esta semana han caído misiles y bombas sobre civiles, ancianos, niños y madres embarazadas”. “Pienso en los millones de refugiados ucranianos que tienen que huir, dejándolo todo atrás, y siento una gran pena por aquellos que ni siquiera tienen la oportunidad de escapar", expresó el obispo de Roma "Tantos abuelos, enfermos y pobres, separados de sus familias, tantos niños y personas frágiles, se dejan morir bajo las bombas, sin poder recibir ayuda y sin encontrar seguridad, ni siquiera en los refugios antiaéreos", sostuvo el papa. ¡Todo esto es inhumano! De hecho, es incluso sacrílego, porque va contra la santidad de la vida humana, especialmente contra la vida humana indefensa, que debe ser respetada y protegida, no eliminada, ¡y que está por encima de cualquier estrategia! No lo olvidemos: es cruel, inhumano y sacrílego. Recemos en silencio por los que sufren”, añadió. El Papa agradeció a los pastores, que en estos días trágicos para Ucrania han permanecido allí: "Gracias, queridos hermanos y hermanas, por este testimonio y por el apoyo concreto que ofrecen valientemente a tantas personas desesperadas", expresó. Asimismo agradeció al recién nombrado Nuncio Apostólico en Ucrania, monseñor Visvaldas Kulbokas, que permanece en Kiev con sus colaboradores desde el comienzo de la guerra y “que con su presencia me acerca cada día al pueblo ucraniano martirizado”. Francisco también pidió, durante su llamado, no acostumbrase a la guerra y a la violencia. Y exhortó a seguir manifestando generosamente la atención a los refugiados. “Pensemos en esas mujeres, en esos niños, que, con el tiempo, sin trabajo, separados de sus maridos, serán buscados por los buitres de la sociedad. Protejámoslos, por favor, concluyó
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