Arturo Ripstein es considerado uno de los grandes cineastas mexicanos, y este 13 de diciembre cumple 79 años, nacido un día como hoy pero de 1943, hijo del productor Alfredo Ripstein.
Comenzó su carrera muy joven como hijo del productor Alfredo Ripstein Junior, se familiarizó desde pequeño con las prácticas y ritmos de la cinematografía mexicana. A los quince años presenció el rodaje de Nazarín, junto con Luis Buñuel y desarrolló una estrecha relación maestro-alumno que se mantuvo hasta la muerte del genio aragonés.
Ripstein fue asistente de dirección, sin crédito, en la filmación de "El ángel exterminador " en el 1962. Con esta experiencia y dos cortometrajes realizados en su adolescencia, realizó su debut como director de cine a los 21 años. Su padre había adquirido los derechos de un guion escrito por Gabriel García Márquez, titulado "El charro" y le confió la dirección con la condición de que lo convirtiera en un western, género de marcada popularidad en aquellos años.
El resultado fue el filme "Tiempo de morir " del año 1965, que contó con la colaboración de afamados personajes, como el escritor Carlos Fuentes, el fotógrafo Alex Phillips, el editor Carlos Savage y el ya mencionado García Márquez.
El temprano debut de Ripstein constituyó una situación extraordinaria para la época, considerando que la rígida estructura sindical de la industria cinematográfica mexicana mantenía cerradas sus puertas a nuevos directores. Dos factores se conjugaron para facilitar indirectamente la llegada de Ripstein al cine: por un lado, la creación del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, primera escuela de cine de América Latina; y por el otro, la organización de los concursos de cine experimental por la Sección de Técnicos y Manuales del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica en 1965 y 1967.
Aunque Ripstein no participó en ninguno de los concursos, ni era egresado del CUEC, la renovación de las filas del anquilosado gremio de directores era una necesidad imperativa y su atrevido debut fue recibido muy favorablemente.
Su ingreso formal a la industria se produjo 3 años después, con la adaptación de la novela de Elena Garro "Los recuerdos del porvenir durante el año 1968. Para los años setenta, Ripstein se consolidó como director e inició una de las etapas más fructíferas de su carrera, la cual incluye tres de las cintas más importantes del cine mexicano contemporáneo: El castillo de la pureza, El lugar sin límites y Cadena perpetua.
Las 2 últimas lograron colocarlo en el selecto grupo de jóvenes cuya filmografía comenzó a ser estudiada con detenimiento por especialistas nacionales y extranjeros. Después de un breve periodo caracterizado por producciones poco afortunadas, Ripstein encontró en 1985 a la escritora Paz Alicia Garciadiego, quien se convirtió en su mancuerna más efectiva.
Durante los años noventa, Arturo Ripstein pasó por uno de los mejores momentos de su carrera. En una década amarga para la producción cinematográfica en México, fue el único director capaz de sostener un ritmo constante de producción: nueve películas en poco más de diez años. Principio y fin de 1993 obtuvo el máximo galardón en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el reconocimiento internacional hacia su obra, lo que facilitó la realización de películas como El evangelio de las maravillas, El coronel no tiene quien le escriba, La perdición de los hombres y Así es la vida, coproducciones con empresas europeas.
A partir del nuevo siglo, la atención de la crítica internacional se reorientó hacia las propuestas fílmicas de directores mexicanos más jóvenes, como Carlos Reygadas, y el cine de Ripstein pareció perder una parte del prestigio adquirido a lo largo de casi cinco décadas de trabajo ininterrumpido.
Sin embargo, su obra sigue siendo considerada una de las más importantes del cine mexicano de todos los tiempos y es de esperarse que en un futuro cercano realice otra película que lo coloque, de nueva cuenta, en el selecto grupo de preferidos de la crítica internacional.
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