Para la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, Estados Unidos es "sin duda nuestro aliado más cercano", y se declaró en favor de la inversión estadounidense en Groenlandia.
Según Frederiksen, "tenemos un interés claro en que sea Estados Unidos el que desempeñe un papel importante en esa región", pero aclaró de inmediato la importancia de respetar la decisión del pueblo de Groenlandia, y desechar la insistencia del presidente electo estadounidense Donald Trump de apropiarse de la isla gobernada por Dinamarca.
"Groenlandia no está en venta", dijo claramente la primera ministra, y reiteró que "Groenlandia pertenece a los groenlandeses".
Agregó que "por un lado, me complace el aumento del interés estadounidense por Groenlandia", pero, por supuesto, es importante que esto ocurra de manera que sean los groenlandeses quienes decidan qué les depara el futuro".
Donald Trump ha advertido en varias ocasiones desde que ganó la elección de noviembre, que Dinamarca debería renunciar a Groenlandia en favor de Estados Unidos para garantizar la protección del "mundo libre".
Según el único expresidente convicto en la historia de la Unión Americana, la gente en Groenlandia "probablemente va a votar por la independencia o por irse con Estados Unidos".
Fiel a su estilo de obtener lo que quiere por las buenas o por las malas, Trump, amenazó a Dinamarca con imponer aranceles "a un nivel muy alto.
Groenlandia fue colonia danesa hasta 1953, y ahora es territorio autónomo de Dinamarca que en 2009 logró el derecho a reclamar la independencia mediante votación.
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