Las actitudes antideportivas del estratega portugués José Mourinho recibieron puntual castigo por parte de la UEFA. Los dueños del balón europeo le aplicaron al técnico de la Roma una suspensión de 4 partidos en las competiciones continentales, a raíz de las descalificaciones e insultos que le lanzó al árbitro de la final de la Liga Europa, en la zona de estacionamientos del estadio en donde su equipo perdió por penales ante el Sevilla. Las imagenes captadas en el estadio Puskas de Budapest hablan por sí solas: aparece Mourinho aproximándose al árbitro Anthony Taylor para echarle en cara su trabajo y decirle que era “una desgracia”. Al día siguiente de la final, el árbitro ingles y su familia fueron acosados por pseudo aficionados de la Roma en el aeropuerto de Budapest. Para Mourinho y los seguidores del club italiano, hubo decisiones de Taylor que les perjudicaron, como fue un penal no marcado a favor del equipo capitalino y la repetición de un disparo del Sevilla en la serie de penales. Mourinho cumplirá la sanción en la fase de grupos de la Liga Europa que arranca en septiembre, y para la cual clasificó la Roma, “por dirigir lenguaje abusivo a un oficial de partido”. Asimismo, la UEFA multó con 50 mil euros a la Roma y no le permitirá vender entradas para su próximo partido de visitante en la Liga Europa, por “encender fuegos artificiales, lanzar objetos, daño de propiedad y generar disturbios en la grada”. Además, tendrá que ponerse en contacto con la federación de fútbol de Hungría en para reponer los daños causados por sus seguidores en el estadio Puskas.
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