Una pena de 2 meses de cárcel es la que purgarán 2 activistas belgas que atacaron el cuadro de Johannes Vermeer “Niña con un arete de perla” la semana pasada, según ellos, para protestar por el cambio climático.
Los fiscales señalaron que su acción fue “más allá” de la protesta aceptable, y buena parte de la sociedad global se pregunta por qué estos activistas han decidido dañar obras de arte por un problema que no se generó por culpa de artistas que dejaron sus obras de arte para la posteridad.
El juez en La Haya que dictó sentencia a los belgas, dejó en suspenso la mitad de la condena, por lo que estos 2 hombres pasarán en principio un mes tras las rejas, e n tanto que un tercer sospechoso debe comparecer el viernes.
Los nombres de los sentenciados no se conocen debido a que así lo determinan las leyes de privacidad neerlandesas.
En días pasados, activistas por el clima arrojaron puré de patatas a un cuadro de Claude Monet en un museo alemán, y otros lanzaron sopa a un cuadro de girasoles de Vincent Van Gogh en la National Gallery de Londres, sin que dañaran las obras.
Uno de los activistas adhirió su cabeza al vidrio que cubre la obra maestra del siglo XVII en el museo Mauritshuis en La Haya, usando pegamento. Al mismo tiempo, otro ambientalista, que portaba una playera con la leyenda “detengan el petróleo”, volcó una lata de sopa de tomate sobre su cabeza, y pegó su mano a la pared al lado del cuadro.
El otro hombre, el que no ha sido sentenciado, grabó la protesta en donde por fortuna la pintura no sufrió daños, pero fue necesario reemplazar el vidrio y la protesta causó daños menores según los fiscales.
El cuadro regresó a su sitio al día siguiente, y los fiscales afirmaron en un comunicado que “el objetivo de los activistas, por importante que uno considere que sea, no justifica los medios”.
Pidieron penas de 4 meses para trasmitir el mensaje de que “las pinturas cuelgan en los museos para disfrutar de ellas, no para explotarlas con fines activistas. No pongan las manos sobre ellas”.
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