La contaminación y las sustancias tóxicas causan al menos 9 millones de muertes prematuras anuales, el doble de las causadas por la pandemia de COVID-19 durante sus primeros 18 meses.
Una de cada 6 muertes en el mundo está relacionada con la contaminación, cifra que triplica la suma de las muertes por sida, malaria y tuberculosis y multiplica por 15 las muertes ocasionadas por guerras, asesinatos y otras formas de violencia, según el informe elaborado por el relator de la ONU para el Medio Ambiente, David Boyd.
La contaminación atmosférica es el mayor contribuyente a las muertes prematuras, al causar unos 7 millones de ellas cada año, el 92% de ellas en países en desarrollo y pobres.
El informe, que será presentado en marzo ante el Consejo de Derechos Humanos, denuncia que la “toxificación del planeta Tierra se intensifica”. La producción de sustancias químicas se duplicó entre 2000 y 2017, y se espera que se duplique de nuevo para 2030 y se triplique para 2050.
El relator denuncia la existencia de “zonas de sacrificio”, cuyas comunidades están expuestas a niveles extremos de contaminación y sustancias tóxicas.
En América Latina, identifica varias de ellas. En Chile, señala Quintero-Puchuncaví, complejo industrial con refinerías de petróleo, instalaciones petroquímicas, centrales eléctricas de carbón, terminales de gas y una fundición de cobre.
En 2018, un importante incidente de contaminación atmosférica hizo enfermar a cientos de escolares. En La Oroya (Perú), donde hay una fundición de plomo, 99 % de los niños presentan niveles de plomo en la sangre que superan los límites aceptables.
También en Perú, en Cerro de Pasco, los habitantes están expuestos a metales pesados porque hay una enorme mina a cielo abierto.
El agua y el suelo de Guadalupe y Martinica (Francia) están contaminadas por niveles peligrosos del plaguicida clordecona. El 90 % de los habitantes tienen clordecona en la sangre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer.
Además, los vertederos de numerosos países del Caribe se incendian con regularidad generando sustancias químicas extremadamente peligrosas. (Naciones Unidas)
Laura Meléndez
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