Los alemanes acudieron masivamente a las urnas el domingo para renovar gobierno, y las proyecciones dan como resultado la victoria de la unión conservadora CDU/CSU.
Como muchos lo temían, la segunda fuerza es el partido populista de extrema derecha, AfD, pero no accederá al poder... por ahora.
Los partidos alemanes tradicionales se adhieren al principio 'Brandmauer' de no cooperar con este partido.
Los índices de AfD han aumentado gracias al apoyo de Estados Unidos y, especialmente, de Elon Musk, que describió al partido como la única fuerza capaz de "salvar a Alemania".
El bloque de la Unión Democratacristiana y Socialcristiana, con Friedrich Merz al frente, encabeza las votaciones con el 29%, según los datos de las encuestas.
El segundo lugar lo ocupa el partido de derecha Alternativa para Alemania, liderado por Alice Weidel, con 19,5%.
El Partido Socialdemócrata de Alemania, liderado por el actual canciller Olaf Scholz, ocupa el tercer lugar con un 16%, por delante de los Verdes del actual vicecanciller Robert Habeck que sumaron el 13,5%.
La afluencia de votantes fue histórica y de acuerdo con medios, la votación en las elecciones al Bundestag fue del 83%, la más alta desde la reunificación alemana en 1990.
Abogado de profesión, Merz se describe como conservador en lo social y liberal en lo económico. El político ha prometido en reiteradas bajar los impuestos empresariales, reducir la burocracia y recortar los beneficios sociales.
Bajo el liderazgo de Merz, el partido ha virado hacia posiciones más derechistas.
Ls proyecciones colocaron a los socialdemócratas una votación casi 10 puntos por debajo del de las elecciones de 2021, siendo el peor resultado que ha cosechado el SPD en sus 161 años de historia.
Cerca de 59 millones de alemanes fueron convocados a las urnas.
El sistema político alemán implica la formación de coaliciones de partidos que han obtenido votos suficientes para conseguir representación parlamentaria.
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