Más de 50 personas perdieron la vida este viernes, luego de la explosión de una bomba dentro de una mezquita musulmana chií en la ciudad paquistaní de Peshawar, ubicada en la región noroeste de Pakistán.
El potente estallido, que se dice pudo ser obra de un suicida, también dejó a decenas de personas lesionadas, muchas de ellos de gravedad de acuerdo con policía y autoridades hospitalarias.
De acuerdo con Muhammed Ejaz Khan, jefe de la policía en Peshawar, todo comenzó cuando 2 sujetos armados atacaron a la policía en el exterior de la mezquita Kucha Risaldar, en Peshawar, ciudad ubicada cerca de la frontera con Afganistán, y uno de los agresores pereció junto con un policía en el tiroteo, pero el segundo agresor ingresó a la mezquita y detonó el explosivo.
La explosión ocurrió cuando los fieles se congregaban para la oración, y es probable que se incremente el número de víctimas ya que muchos de los heridos están graves. En el momento del atentado, en el interior de la mezquita había al menos 150 personas, según testigos. Nadie se adjudica hasta ahora el atentado, y ya se especula en torno al Estado Islámico, o a algún grupo Talibán local, como eventuales responsables.
Cientos de familiares de personas heridas se reunieron frente a la unidad de emergencias, del hospital Lady Reading a donde fueron canalizados varios heridos, mientras que a las afueras de la mezquita, musulmanes chiíes se reunían en calles acordonadas.
La mezquita Kucha Risaldar es una de las más antiguas de la zona, anterior a la creación de Pakistán en 1947, y entre las víctimas está el líder de la oración, Allama Irshad Hussein Khalil.
El primer ministro del país, Imran Khan, condenó el ataque, en un país como Pakistán, nación musulmana de mayoría suní, la minoría chií ha sido el objetivo de numerosos ataques.
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