Como se esperaba, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó la orden ejecutiva para proteger el acceso al aborto, luego del cuestionado fallo de la Corte Suprema, que anuló en junio pasado el derecho constitucional para interrumpir el embarazo.
La orden del presidente busca salvaguardar el acceso a servicios de salud reproductiva, incluidos aborto y anticoncepción; proteger la privacidad de pacientes y acceso a información precisa.
También promueve la seguridad de los pacientes, proveedores y clínicas.
La medida presidencial se produce en momentos en los que varios estados de la Unión Americana adoptan leyes para restringir los servicios de aborto.
La orden de la Casa Blanca instruye al Departamento de Salud y Servicios Humanos para ampliar el acceso a píldoras abortivas, atención médica de emergencia y servicios de planificación familiar.
Más aún, está orden ejecutiva autoriza la creación de un grupo de trabajo interinstitucional, para coordinar y formular programas de políticas federales.
El grupo incluirá al fiscal, quien "brindará asistencia técnica a los estados que brinden protección legal a pacientes de otras jurisdicciones, así como a proveedores que ofrezcan asistencia legal de salud reproductiva".
La Casa Blanca señala que con el fallo de la Corte Suprema, "los derechos fundamentales, a la privacidad, autonomía, libertad e igualdad han sido negados a millones de mujeres en todo el país, con graves implicaciones para su salud, vida y bienestar"
Biden considera que "la única forma de garantizar el derecho de la mujer a elegir es que el Congreso restablezca las protecciones del caso Roe como ley federal".
La Corte, desde la óptica del gobierno, le quitó al pueblo estadounidense un derecho reconocido desde hace casi 50 años: el derecho de la mujer a tomar sus propias decisiones sobre el cuidado de la salud reproductiva, sin interferencia del Gobierno.
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