Con el objetivo de fortalecer la seguridad vial en la Ciudad de México, la Secretaría de Movilidad informa que desde la implementación de la Motoescuela en la capital, en el año 2022, se han instruido de manera teórica y práctica a más de 2 mil 486 mujeres y hombres que utilizan la motocicleta como modo de transporte.
Señala que en el primer año de este taller, se contó con la participación de 439 visitantes; en 2023 acudieron 932 y en el último año se contabilizaron mil 116 personas instruidas, cifras recolectadas en sus distintas modalidades.
Las personas que asisten a este taller tienen la oportunidad de mejorar sus conocimientos y habilidades en la conducción de motocicletas y/o motonetas, ya que en el sitio se les brinda información relevante sobre los componentes del vehículo; así como la importancia de utilizar el equipamiento adecuado como casco certificado, guantes, botas, entre otros, además de fomentar el respeto al Reglamento de Tránsito.
Del mismo modo, las personas instructoras ofrecen aprendizajes teóricos y una serie de ejercicios prácticos a realizar, en donde destacan derechos y obligaciones como conductores, así como dar vueltas, postura efectiva, frenado en situaciones de riesgo y visión de la vialidad, prácticas que les permitirán reducir la probabilidad de estar involucrados en algún percance vial, y en consecuencia, salvar vidas.
Movilidad añade que la Motoescuela ha logrado capacitar a los habitantes de las alcaldías Benito Juárez, Iztacalco, Xochimilco, Iztapalapa, Tláhuac, Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, permitiendo que más personas puedan tener acercamiento con este tipo de acciones que buscan garantizar la sana convivencia entre los distintos actores de la vía.
Sin embargo el problema no solo es este, ya que los capitalinos seguimos siendo objeto de las arbitrariedades de un número muy importante de motociclistas, la mayoría empleados de aplicaciones de comida rápida, que para entregar sus mercancías, violan a cada momento el Reglamento de Tránsito, que rara vez se les aplica.
Es común ver o padecer a estos motociclistas pasándose los altos, circular a velocidades prohibidas, circular en sentido contrario o en carriles confinados, y utilizar los pasos peatonales para estacionarse o en los semáforos, entre otras cosas, y ante la complacencia de la autoridad.
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