Luego de consultas del Consejo de Seguridad, el comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) acogió ante los estados miembros con satisfacción el acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes en Gaza.
Philippe Lazzarini se unió al llamado del Secretario General, Antonio Guterres, a que las partes garanticen plena aplicación del acuerdo, enfatizando que el alto el fuego “es solo un punto de partida”.
Lazzarini resaltó la necesidad de un acceso humanitario pleno, urgente y sin trabas para responder al inmenso sufrimiento en la Franja e indicó que la Agencia está dispuesta a apoyar la respuesta internacional ampliando la asistencia.
El organismo está dispuesto además a apoyar la reconstrucción de Gaza en una etapa posterior, reanudando los servicios de educación y continuando la prestación de atención primaria de la salud.
Durante las consultas, Lazzarini advirtió que la legislación del Parlamento israelí sobre la terminación del trabajo de la UNRWA en territorio palestino ocupado, entrará en vigor en menos de dos semanas, y señaló que "la implementación completa será catastrófica".
Subrayó que "en Gaza, esto debilitará drásticamente la respuesta humanitaria internacional, lo que conducirá a un deterioro ya catastrófico de las condiciones de vida".
En la conferencia de prensa, el funcionario de la ONU dijo que el Gobierno israelí afirma que los servicios de UNRWA pueden transferirse a otras entidades. Sin embargo, Lazzarini advirtió que el mandato de la Agencia y su capacidad para proporcionar servicios similares a los del gobierno al resto de la población son de una naturaleza única.
"La capacidad de UNRWA para proporcionar directamente educación y servicios de atención primaria de la salud supera con creces la de cualquier otra entidad. En la práctica, estos servicios solo pueden ser transferidos a un Estado que funcione, a las instituciones públicas".
Más aún, el personal y los servicios de UNRWA están estrechamente vinculados al tejido social de Gaza, y el desmantelamiento de la Agencia colapsará aún más el orden social.
"El desmantelamiento de la UNRWA ahora fuera de un proceso político socavará el acuerdo de alto el fuego, la recuperación de Gaza y la transición política", dijo el comisionado indicó que, "en Cisjordania, la Autoridad Palestina ha dejado claro que no tiene los recursos financieros ni la capacidad para compensar la pérdida de los servicios de la UNRWA".
Advirtió que el "desmantelamiento caótico" de la UNRWA dañará irreversiblemente la vida y el futuro de los palestinos y acabará con su confianza en la comunidad internacional y en cualquier solución que intente facilitar.
Philippe Lazzarini recordó al Consejo de Seguridad la despiadada campaña internacional de desinformación contra UNRWA, refiriéndose a la presión del Gobierno de Israel y organizaciones no gubernamentales proisraelíes a los gobiernos y parlamentos de los principales países donantes.
La campaña ha incluido vallas publicitarias y anuncios en Google, financiados por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, que contó con un aumento de financiación de 150 millones de dólares, que, para Lazzarini ponen en peligro la vida del personal en Cisjordania y Franja de Gaza, donde han sido asesinados 269 miembros del personal de UNRWA.
Por otra parte, destacó la necesidad de un alto el fuego en Gaza que vaya seguido de una transición política que incluya una terminación ordenada del mandato de UNRWA y la entrega de sus servicios a instituciones palestinas robustas.
Este es el camino que está siguiendo la coalición internacional para implementar la solución de dos Estados liderada por Arabia Saudita, la Comisión Europea y la Liga Árabe, indicó.
Lazzarini recordó que UNRWA es el mayor proveedor de asistencia sanitaria primaria en Gaza, donde todavía realizan aproximadamente 17.000 consultas médicas al día.
Por otro lado, unos 650.000 niños continúan viviendo entre los escombros, y “a falta de un Estado de pleno derecho, sólo UNRWA tiene la capacidad de llevarles educación”.
El funcionario dijo haber realizado 3 peticiones a los miembros del Consejo de Seguridad y a los Estados miembros:
*Impedir la aplicación de la legislación del Parlamento israelí
*Insistir en el camino político a seguir que defina el papel de la UNRWA como proveedor de servicios básicos, especialmente educación y atención sanitaria
*Garantizar que la crisis financiera no provoque la terminación de la labor vital de UNRWA
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