A poco más de un mes de invasión armada en Ucrania, el jefe de la Dirección de Operaciones del Estado Mayor General ruso, Serguéi Rudskói, dijo en sesión informativa en Moscú que el ataque en Ucrania ha cobrado la vida de 1,351 soldados rusos, mientras que 3 mil 825 resultaron heridos.
Rudskói señaló que las tropas ucranianas perdieron más de 14 mil efectivos y unos 16 mil resultaron heridos desde el inicio de las hostilidades.
Recordó que al comienzo de la invasión, las Fuerzas Armadas de Ucrania junto con la Guardia Nacional contaban con 260 mil 200 militares, y señaló que las pérdidas están compensadas por individuos movilizados y personal de las tropas de defensa territorial que carecen de la formación necesaria.
A su juicio, esto aumenta el riesgo de sufrir grandes pérdidas.
Según el oficial, las Fuerzas Armadas de Ucrania que luchan en Donbás perdieron unos 7 mil combatientes, cifra que representa el 26% de todos sus efectivos, y Rudskói advirtió que los mercenarios extranjeros en Ucrania serán "destruidos sin piedad".
Mencionó que las Fuerzas Armadas de Rusia sugieren que los militares ucranianos depongan las armas y se dirijan a sus puntos de despliegue permanente para evitar víctimas innecesarias, al tiempo que destacó que más de 23 mil voluntarios de 37 países expresaron su disposición a combatir del lado de las repúblicas de Donbás. Estos no son mercenarios, a su juicio.
Sin embargo, indicó que las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk rechazaron la ayuda por tener "suficientes fuerzas y recursos", y añadió que el Ministerio de Defensa "recibe muchas solicitudes de ciudadanos rusos que desean participar en el conflicto armado
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