Fue el 22 de marzo del 2024 cuando un grupo terrorista perpetró un ataque letal en la sala de conciertos Crocus City Hall, y la representante oficial del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, declaró que la agresión fue planeada y organizada por servicios especiales de un "Estado hostil" para desestabilizar la situación en Rusia.
De acuerdo con Petrenko, "basándose en las pruebas reunidas, la investigación llegó a la conclusión de que en su ejecución participaron miembros de una organización terrorista internacional".
Hace un año, un grupo de hombres armados disparó contra una multitud que asistía a un concierto de rock en la sala Crocus City Hall, al noroeste de Moscú, e incendió el sitio con un saldo de 146 muertos y más de 550 heridos.
La vocera precisó que tras el atentado fueron identificados los autores y enseguida detenidos los atacantes con algunos cómplices.
Petrenko sostuvo que "Por el momento, finalizaron las acciones de investigación con 19 acusados de delitos de naturaleza terrorista, que están detenidos y siguen familiarizándose con los materiales del caso".
Más aún, hay acusados en el marco del caso fueron declarados en búsqueda", subrayó la portavoz, quien comenta que las pruebas reunidas permiten concluir sobre la participación de los acusados en los delitos.
Más aún, dijo que "la investigación reconstruyó en detalle la cronología de las acciones de los cómplices en el proceso de preparación para el crimen, en el momento del ataque a los visitantes de la sala de conciertos, mientras intentaban escapar, hasta su arresto por los agentes del orden".
Aseguró que la organización directa del ataque terrorista fue realizada por seis ciudadanos de Asia Central, algunos de los cuales usan seudónimos, y añadió que "se encuentran en el extranjero, por lo que fueron arrestados en rebeldía y se suman a la lista de personas que se buscan.
Finalizó expresando que "estas personas reclutaron a los 4 autores del ataque y organizaron su entrenamiento en el extranjero".
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que el ataque fue obra de islamistas radicales, pero supuso que podría ser un eslabón en una cadena de operaciones que se llevan a cabo contra Rusia desde 2014 "con las manos del régimen neonazi de Kiev".
Ucrania negó cualquier relación con el ataque.
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